MAZEL INGENIEROS

El origen de Mazel fue modesto. Sus protagonistas son dos ingenieros, empleados de una empresa fabricante de accesorios para el automóvil que se hallaba en crisis, con la treintena recién estrenada y muchos proyectos en la cabeza, Julio Elvira y Javier Campillo decidieron abandonar el barco que se hundía y, con el apoyo de Josefina Arias, montar su propio gabinete de ingeniería. Empezaron colaborando con fabricantes de componentes, pero el gran salto llegó en 1990, cuando Seat se incorpora a su cartera de clientes.

Este cliente del grupo Volkswagen permitió a Mazel dar un importante salto cualitativo. De cinco empleados en una oficina de Barcelona pasaron a 150 y tuvieron que abrir unas nuevas instalaciones en Martorell, cerca de la fábrica de Seat, para poder prestar a su cliente un servicio más eficaz. El resultado de la participación de Mazel fue muy positivo y, de ser especialistas en desarrollos eléctricos para algunos modelos de la marca, pasaron a ocuparse de innovar en otras partes del vehículo. El Ibiza, el Córdoba y el León no sólo se han fabricado en España sino que en su interior hay también ingenio local, aportado por esta empresa.

En 1997 Mazel Ingenieros monta su primer taller para el desarrollo y preparación de motores. Seat Sport vuelve a ser el primer cliente de esta división, pero detrás llegan otro muchos, y el manteniemiento para los motores de la Fórmula Super Toyota. Gracias al crédito obtenido gracias a su solvencia técnica, en este momento son candidatos para hacerse cargo del desarrollo y preparación de los propulsores que equiparán a los monoplazas de la nueva Fórmula 3 española.

En 1998 vuelven a crecer, con la instalación de un departamento de diseño de prototipos y un taller para fabricar las maquetas, incluso las de tamaño real. Una serie de proyectos innovadores y de envergadura, pero que nunca llegaron a plasmarse en vehículos de serie, les animó a hacer su propio concept car y a dar el salto al exterior. En menos de un año, desde abril de 1998 hasta febrero de 1999, diseñaron y construyeron el Hispano-Suiza del siglo XXI, el HS 21. Las líneas originales son obra de Francisco Villafánez. Un acuerdo con los propietarios de la mítica marca, que comparten la sociedad francesa Snecma y la familia Mateu, les permitió dar nombre y apellido a su idea. Se presentaron en el Salón del Automóvil de Ginebra 2000, el más importante en diseños innovadores.

Hispano-Suiza HS 21 (2000)

El HS 21 se presentó por primera vez en España en el Salón del Automóvil de Madrid 2000 en el stand del RACE. Pero la fábrica de prototipos de Mazel no se ha parado. Trabaja ya a marchas forzadas para terminar un nuevo concept car, en este caso una berlina de lujo, que estará el próximo mes de marzo en Ginebra. Con él esperan conseguir que todos los grandes fabricantes se fijen en su trabajo.

Los accionistas de Mazel Ingenieros siguen siendo los de sus orígenes, pero sus instalaciones no tienen ya nada que ver.Cuenta actualmete con 6 centros de desarrollo, que ocupan una superficie total de más de 10.000 m². En Martorell está ubicado uno de diseño y fabricación de maquetas y el de motores; otro centro de diseño está en Cornellá; una planta dedicaca al diseño y fabricación de moldes de cristales para pilotos y faros de vehículos que está en el Poble Nou de Barcelona; una oficina técnica en Wolfsburg (Alemania), próxima a la factoría de Volkswagen, y una empresa de ingeniería civil. La facturación anual del grupo supera los 2.000 millones de pesetas, de los que entre el 5% y el 7% se destinan a inversiones en I+D. En la empresa trabajan unas 600 personas.

La confidencialidad es una de las máximas de esta empresa y una garantía para sus clientes. Cualquiera de ellos puede acceder al módulo donde se realizan sus desarrollos a través de un pasillo especial, que permite preservar la confidencialidad de su diseño y de los restantes que se estén llevando a cabo en ese momento. Las puertas de acceso a los talleres están controladas por cerraduras de seguridad con clave de acceso y sólo los trabajadores acreditados pueden entrar. Unas instalaciones que no tienen nada que envidiar a las de sus grandes competidores mundiales y que se suman al activo del entusiasmo sin límites de todo el equipo directivo de la empresa y de sus trabajadores.

Extraido de AutoClub RACE Navidad 2000.